Up In The Air

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Esta es la primera de las nominadas a los Oscar 2010 que veo. Cinta dirigida por el ya nominado Jason Reitman (Juno), que trata la historia de Ryan Bingham (George Clooney), un solitario hombre con una vida totalmente consumida por el trabajo, un trabajo que consiste en viajar por todo Estados Unidos despidiendo gente. La cómoda rutina de independencia y sofisticación que promulga este hombre se ve interrumpida cuando la joven ejecutiva Natalie Keener, llega a la empresa e impulsa un plan de reducción de costos haciendo que todos los despidos se hagan vía online. Bingham ve amenazado su estilo de trabajo y se muestra en contra de la iniciativa. El decide mostrarle a la joven de que se trata el trabajo que siempre se ha hecho y la lleva a uno de los toures, en este recorrido lo que ella descubre es que eso no es lo que quiere hacer. en su vida Durante el viaje Bingham se involucra sentimentalmente con una mujer aparentemente igual a él y tal vez influenciado por el sentimentalismo de Keener, se arriesga a vivirlo sin importar las consecuencias. Esto se agudiza cuando viaja con esta mujer al matrimonio de su hermana, situación en la que descubre sentimientos y se expone a ellos vulnerando su propia filosofía, exponiéndose al dolor y la decepción.

Una historia muy simple pero interesante que lamentablemente es presentada con una total falta de ritmo, pero con muy buenas actuaciones de las dos coprotagonistas y un George Clooney tan aburrido como solo él puede serlo. Una buena producción, un tono gris en el ambiente que acompaña perfectamente a este solitario ser y una banda sonora interesante y popular.

La historia nos muestra una realidad social que aunque podemos creer distante, la vivimos a diario en las urbes, solo que para Bingham es además su propia elección, una elección en la que se siente cómodo y por la cual puede interpretar el mundo a su gusto.

Interesante las nominaciones a actriz de reparto de Vera Farmiga y Anna Kendrick, las dos coprotagonistas de la cinta, con papeles muy normales pero muy bien ejecutados. Obviamente no pudieron frenar el impulso con el que venía Mo'Nique, con su fuerte papel en Precious, pero a mi gusto es muy interesante que la academia tome en cuenta actuaciones medidas y normales ya que para sobresalir requieren un esfuerzo mayor, eso si jamás entenderé la nominación de Clooney con una interpretación afectuosa pero intrascendente.

Where the Wild Things Are

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Tal vez esta historia no tiene mucha acogida en Latinoamérica porque el libro en el que se basa es 100% norteamericano y no es muy común su lectura entre niños de esta parte del continente, pero además está el tema central de la cinta que es la ira, lo que convierte a la película no en una pieza de entretenimiento infantil sino en una visión adulta de la niñez y un análisis psicológico de la psiquis del niño preadolescente. Lo anterior puede sonar muy aburrido y créanme este percepción se plasma en la cinta misma que tiene un ritmo muy lento, una cinematografía muy oscura y una temática entre absurda y profunda.

Max es un niño de 9 años solitario y muy aburrido, que reacciona con mucha violencia y descontrol ante diferentes situaciones. Luego de una discusión con su madre escapa de casa, encuentra un bote y emprende una travesía que lo conduce a una isla donde viven unas criaturas gigantes. Cada una de estas posee su propia personalidad y es notable el conflicto entre ellos. Max para no ser comido por las criaturas les dice que el es un rey que les traerá armonía y aunque en un principio las cosas funcionan, todo se saldrá de control y Max descubrirá poco a poco el porque de las cosas.

Una cinta muy interesante pero al mismo tiempo aburrida y poco creíble, con una producción bastante regular, sobre todo en lo que concierne a las criaturas, que son básicamente trajes grandes como los de cualquier promoción de producto, poca sensibilidad en sus facciones y unas bocas que hablan mucho pero nunca se mueven y los espectadores tenemos que adivinar quien está hablando.

Where the Wild Things Are es una historia con mucho potencial, que generó mucha expectativa en Estados Unidos pero que aunque interesante, cuando las luces se encienden solo queda un sinsabor evidente.

The Rebound

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Cuando una cinta de 97 minutos se hace eterna es porque algo no está funcionando bien y eso pasa con esta comedia romántica que realmente es poco cómica y si muy dramática.

Sandy (Catherine Zeta-Jones), una acomodada ama de casa descubre la infidelidad de su esposo y sin mediar palabra decide llevarse a sus dos pequeños hijos a la ciudad y buscar trabajo. Allí encuentra a Aram, un joven deprimido, fracasado y sensiblero que le ayuda con sus hijos. Aram, quien ha vivido una relación tormentosa con su anterior pareja, no sabe que quiere de la vida y descubre en su trabajo como niñero y en su relación con Sandy la catarsis que necesita para volver a sentirse bien. Poco a poco se entablará una relación entre los protagonistas que termina luego de que Sandy crea que está embarazada, esta situación la hace reflexionar concluyendo que la relación con un hombre menor 15 años es absurda. Años después el destino vuelve a juntarlos de manera sorpresiva.

Una película donde el personaje principal no es el eje de la historia, donde el género es confuso, donde los personajes secundarios no aportan, donde las pocas situaciones cómicas rayan en lo absurdo y donde definitivamente no hay nada que comentar al final de la función, hablan de un proyecto con una mala ejecución. El problema más grande es que las cosas buenas, que definitivamente las tiene, están desagregadas y en ningún momento resaltan: la historia es buena y por momentos profunda, esta toca temas de conocimiento personal, madurez y descubrimiento tratados desde una perspectiva muy humana y realista. Las actuaciones son buenas, salvo por los roles secundarios que son totalmente caricaturescos. La música, muy bien escogida es un complemento perfecto a una buena edición.

Sin embargo el vacío es grande, la falta de ritmo manifiesta y el aporte totalmente inexistente. Mi segunda vez, como se titula en español, es una cena bien servida pero sin ningún sabor.