Avatar


Decir que Avatar no es visualmente exquisita y sorprendente sería falso, decir que su ritmo, arte y efectos no la hacen demasiado entretenida también sería falso, pero lo que si sería definitivamente una mentira es decir que es una historia original y trascendente. El mismo Cameron confiesa que su historia se ha basado en otras, especialmente Selva Esmeralda y Danza con Lobos, y es que la similitud con esta última raya en la vil copia. Pero obviamente lo que más disfruta un espectador en Avatar no es la historia que de todas formas es inteligente y emotiva, sino el resultado de una gran producción e innovación en sistemas de filmación y efectos especiales, no por nada ya tiene la corona de ser la cinta más cara de la historia y es que Cameron estaba decidido a batir sus propios records históricos que ya poseía con la insufrible Titanic, la más cara y la más taquillera hasta el momento. Muy seguramente en cuestión de un par de semanas también conseguirá el segundo objetivo y en esta oportunidad sin que los espectadores derramen una sola lagrima ni sufran la tortura de las canciones de Celine Dion.

Aunque el eje narrativo de Avatar es el argumento de Danza con Lobos, en esta Cameron trata temas muy actuales, como la guerra, la paz, la intolerancia o ignorancia hacia otras culturas, la destrucción ambiental y la invasión de potencias a otros territorios debido a los recursos naturales.

En el año 2154, una corporación minera explota una gigantesca luna llamada Pandora, este es un planeta totalmente lleno de recursos naturales y abundante en un mineral energético que serviría para suplir la crisis energética que afronta la tierra en esos momentos. El problema es que los aborígenes, una raza de gigantes humanoides llamados Na’vi, que tienen grandes habilidades físicas y psíquicas, se oponen a la explotación y han cortado todo tipo de negociación con los humanos. Dentro de la corporación invasora existen dos facciones, una militar que se opone a la diplomacia y que simplemente apelan a tomar por la fuerza los yacimientos, y un grupo de científicos que trabajan en el proyecto Avatar y tienen como misión el conocimiento de los aborígenes y la negociación con ellos. El proyecto Avatar funciona como un medio pseudo virtual para poder visitar de forma libre el planeta, que es bastante hostil y además no posee oxígeno. Los científicos crean con el ADN de humanos, cuerpos biológicos iguales a los de los aborígenes, estos no tienen conciencia, pero cuando el humano del que fue desarrollado el cuerpo se conecta a este a través de una cápsula de hibernación, el cuerpo se anima y funciona normalmente. Jake Sully, un Marine que ha sido incapacitado por parálisis ha sido contratado para reemplazar a su hermano gemelo fallecido dentro del proyecto Avatar, ya que su ADN es igual al de su hermano los científicos buscan que pueda usar este avatar y no perder la inversión.

Jake quien no tiene formación científica, acepta el reto pero es coaccionado por el coronel Quaritch, quien le dice que si le informa de todo lo que aprende, al terminar su misión le regalará la operación para volver a caminar. En su primera incursión en el bosque y luego del ataque de varios animales, Jake se pierde de su grupo y es rescatado por Neytiri, princesa del clan Omaticaya, quien lo lleva a su tribu, la chaman del clan decide que Jake debe vivir con ellos y aprender toda su cultura y destina a su hija Neytiri como instructora. Jake se enamora no solo de la aborigen sino de la cultura y luego de la destrucción que los humanos ejercen para evacuar a los indígenas y conseguir el mayor hallazgo, él junto con el grupo de científicos y todos los clanes Na’vi, se revelan y declaran la guerra a los humanos.

Algo muy interesante y creativo es la forma como Cameron nos muestra la relación que tiene los Na’vi con su medio ambiente, ya que no es solo espiritual como sucede con los aborígenes humanos, sino que todos los seres del planeta poseen un conector que relaciona sus energías de forma física, de esta forma todo el planeta funciona como un ente biológicamente único y que actúa como una red de información en la que todos los seres intercambian datos en forma de energía y es por esto que todo el planeta es casi fluorescente y los aborígenes pueden llegar realmente a dominar todas las especies.

Creativa, espectacular, con un argumento que ya hemos visto varias veces, pero con un buen mensaje y un arte que no ahorró detalles, Avatar es una cinta imperdible que es mejor disfrutar en todo su esplendor: Imax-3D.

1 comentarios:

David Cotos dijo...

Sorprenden los efectos especiales.