Los Girasoles Ciegos



Así como Estados Unidos continúa produciendo cintas sobre la segunda guerra mundial, España también sigue explorando su guerra civil y la época franquista. Una de las últimas producciones exitosas con esta temática es Los Girasoles Ciegos, basada en el libro del mismo nombre. En esta nos narra paralelamente la historia de Elena y Salvador; ella una hermosa mujer que vive con el temor de que se descubra el secreto que guarda en casa, y él, un diácono transtornado por la guerra que comienza a dictar clases en el colegio al que asiste Lorenzo, el hijo de Elena y su obsesión por esta mujer a quien comienza a acosar al creerla viuda. Elena deberá enfrentar al diácono y su creciente fijación día a día, arriesgando su vida y la tranquilidad de su hijo; su secreto es que no es viuda, sino que su marido, un activista político de izquierda ha vivido durante 4 años en un escondite dentro de la casa.

La cinta denuncia con un ejemplo particular, el tema de la persecución política, los crímenes de estado y el deterioro mental a los que son sometidos los diferentes actores de un conflicto.
La película que se enmarca en 1940, recrea de forma muy delicada la estética de la época y lo más interesante de esto es que tanto el manejo de color como la cinematografía se inspiran en las técnicas de la época, haciendo que la cámara fija y los planos cortos reinen durante todo el rodaje; solo hay un zoom en toda la cinta y los paneos son escasos.

En cuanto a la actuación de los 3 protagonistas: Maribel Verdú, Javier Camará y Raúl Arévalo nos regalan unas interpretaciones más que dignas, sin exageraciones y llenas de dolor, aunque cabe decir que hay muchas escenas cómicas que le dan aire a la trama. La actuación del niño es también destacable y graciosa, su papel se podría reconocer más como un testigo de la injusticia que como víctima, aunque definitivamente el argumento nos muestra como finalmente son los inocentes los mayores afectados.

Los girasoles rotos es una buena cinta con múltiples nominaciones y premios pero más que eso es un testimonio familiar de la injusticia diaria, de la persecución, la intolerancia y las ironías de la vida.

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