Slumdog Millionaire

Esta cinta me produjo el mismo efecto que La Escafandra y La Mariposa, el efecto que toda buena experiencia deja en la vida, un silencio, un sin palabras y la buena sensación de la satisfacción interior, en este caso desde el punto de vista artístico, la belleza, la imagen, el sonido.
Aunque la vi hace mucho, solo hoy puedo escribir algo razonable, pero lo mejor que puedo decir es véanla, cómprenla, alquílenla, lo que sea, pero no se queden sin disfrutarla, ojalá si pueden en una sala de cine y no tan lejos de la pantalla.

La cinta es la consagración de Danny Boyle como tal vez el director independiente, vigente e inglés más importante del momento, y digo vigente porque a mi gusto no hay nadie que se le acerque al maestro Peter Greenaway, quien lamentablemente ha decidido dedicarse a la docencia y dejar el cine que considera muerto y del que dice, últimamente solo produce basura. Hay que aclarar que Danny Boyle codirigió la cinta con Loveleen Tandan, una directora india, que en términos generales se encargo de hacer el casting, traducir a los actores indios y dirigir a los niños.
Y aunque muchos no saben quien es Boyle, lo cierto es que no es ningún desconocido y que él ya había vivido su momento de gloria con su segundo film Trainspotting, además a pesar de solo haber rodado 8 films en su carrera 4 de ellos han sido muy premiados.
De todas formas Slumdog Millonaire es sin lugar a dudas su obra cumbre, y no es producto de una casualidad o genialidad, es el resultado de sus experimentos, su trabajo dedicado y todo lo que ha hecho en su carrera, la influencia cinematográfica de sus anteriores films en este es notable, en especial la fotografía, manejo de cámaras y color es muy similar a su trabajo en sus dos filmes de horror: 28 Days Later y Sunshine.

La historia si se mira desde el plano general es sencilla, hasta tonta, una historia de amor imposible con un final feliz, algo extraño en las temáticas que Boyle suele llevar al cine, pero la magia de esta película es su narrativa, la inteligencia del guión, de los parlamentos, la puesta en escena, las buenas actuaciones, el humor en medio de la tragedia, la música que adorna el caos de Mumbay y ese sabor colorido y picante que deja La India en el espectador.

Jamal Malik un joven sin hogar Indio, que fue pordiosero y ladrón en su niñez, se encuentra al borde de cambiar su vida al estar a una respuesta de ganar el concurso ¿Quien Quiere Ser Millonario?, el problema es que la policía lo captura y tortura sospechando que ha hecho fraude y solo si explica de manera satisfactoria cada una de las respuestas que ha dado podrá volver a la libertad antes de que vuelva a comenzar el show. Todo lo que pasa de ahí en adelante son las mágicas vivencias de un pobre joven que solo trata de lograr su sueño: conquistar a Latika.

La cinta altamente exitosa en occidente, ha sido objeto de una tonelada de críticas por parte de la comunidad India en especial de la cinematográfica que la consideran mala, irreal y muy por debajo de las producciones Indias, en lo que más centran su ataque es en el hecho de que haya sido rodada en inglés y que no muestra la realidad de Mumbay. Lo cierto es que la obra de Boyle no es un documental, es una historia de ficción que pudo ser rodada en las favelas de Brasil o las comunas de Medellín o cualquier lugar pobre del planeta y en ningún momento trata de ser una película India, es una película inglesa realizada en la India. Boyle no es un novato y siempre ha sobrepuesto su sentido artístico al dinero o la fama, esta cinta casi no pudo ser realizada por falta de presupuesto, pero Boyle triunfó en premios, taquilla y crítica, el cine indio a pesar de ser el más prolífero (es el mayor productor de cine del mundo) y uno de los más caros, nunca ha querido internacionalizarse, sus producciones a pesar de ser hermosas e interesantes son casi desconocidas en occidente por su propia decisión, debían aprender un poco más de los chinos, quejarse menos y dejar que Boyle y esta buena camada de actores disfruten de su éxito, un éxito más que bien merecido.