The Rebound


Cuando una cinta de 97 minutos se hace eterna es porque algo no está funcionando bien y eso pasa con esta comedia romántica que realmente es poco cómica y si muy dramática.

Sandy (Catherine Zeta-Jones), una acomodada ama de casa descubre la infidelidad de su esposo y sin mediar palabra decide llevarse a sus dos pequeños hijos a la ciudad y buscar trabajo. Allí encuentra a Aram, un joven deprimido, fracasado y sensiblero que le ayuda con sus hijos. Aram, quien ha vivido una relación tormentosa con su anterior pareja, no sabe que quiere de la vida y descubre en su trabajo como niñero y en su relación con Sandy la catarsis que necesita para volver a sentirse bien. Poco a poco se entablará una relación entre los protagonistas que termina luego de que Sandy crea que está embarazada, esta situación la hace reflexionar concluyendo que la relación con un hombre menor 15 años es absurda. Años después el destino vuelve a juntarlos de manera sorpresiva.

Una película donde el personaje principal no es el eje de la historia, donde el género es confuso, donde los personajes secundarios no aportan, donde las pocas situaciones cómicas rayan en lo absurdo y donde definitivamente no hay nada que comentar al final de la función, hablan de un proyecto con una mala ejecución. El problema más grande es que las cosas buenas, que definitivamente las tiene, están desagregadas y en ningún momento resaltan: la historia es buena y por momentos profunda, esta toca temas de conocimiento personal, madurez y descubrimiento tratados desde una perspectiva muy humana y realista. Las actuaciones son buenas, salvo por los roles secundarios que son totalmente caricaturescos. La música, muy bien escogida es un complemento perfecto a una buena edición.

Sin embargo el vacío es grande, la falta de ritmo manifiesta y el aporte totalmente inexistente. Mi segunda vez, como se titula en español, es una cena bien servida pero sin ningún sabor.

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