Burn After Reading


Es lamentable tener que comenzar el año así pero desafortunadamente la expectativa de esta cinta así como su elenco y directores son una incuestionable tentación aunque también la causa de una gran decepción.

Burn After Reading es difícil de describir aunque digamos que puede ser una comedia negra; es una película con una narrativa poco coordinada y sin ritmo, con una historia poco creíble y que solo se entiende hasta más allá de la mitad de la cinta, con unos diálogos aún más inverosímiles y en general es un homenaje a la estupidez. Todos sus protagonistas, están locos pero además son estúpidos, las actuaciones son extrañas en especial en actores vinculados generalmente con el drama como John Malkovich o Tilda Swinton ya que todos los personajes parecen sacados de un capítulo del pájaro loco (hasta la música parece sacada de una serie de cartoon). La cinta en general es divertida, pero la historia es tan poco inteligible que las risas las despiertan más las actuaciones que las situaciones. Las actuaciones de George Clooney y John Malkovich son exageradas y tontas, la de Frances McDormand en cambio es bastante sujeta a lo que uno esperaría de ella, pero sin lugar a dudas la mejor de todas por su frescura y gracia es la de Brad Pitt como el instructor de gimnasio y mejor amigo de McDormand.

La cinta es muy decepcionante y aunque algunos medios la defienden y hablan de su genialidad, lo cierto es que esa es la rutina de los hermanos Coen: una cinta muy buena y luego una desastrosa que solo ellos entienden.

Esta historia a mi modo de ver mantiene muchas coincidencias con otra comedia de los Coen: The Big Lebowski, pero sin acercarse al acierto cinematográfico de esta. Y cuando digo muchas coincidencias, son muchas: la trama que se teje tras una extorsión mal planeada, los personajes con personalidades muy marcadas, el personaje obsesivo que desencadena la tragedia (aquí es Linda, en Lebowski era Walter), el humor urbano y muy personal, la muerte de los más inocentes, el final comentado, etc. Esta similitud en sus obras no es extraña, ya se había presentado en el caso de No Country for Old Men y Fargo, y es precisamente en esta similitud donde se pueden ver los errores ya que esta vez el peso de la historia no recae sobre ningún personaje, todos se presentan de forma tan esporádica que no logran una conexión regular ni con la trama ni con el espectador, y lo más extraño es que el mismo problema ocurre con la edición, que mientras en Lebowski es fluída, acompañada con una muy buena banda sonora y salpicada de escenas surrealistas, aquí solo es un costal lleno de retazos.

El argumento aunque no tiene protagonista principal y que más bien hace referencia a debilidades humanas como el engaño, la traición, la violencia, la promiscuidad y la vanidad, nos cuenta la historia de Osbourne Cox (Malkovich) un ex-analista de la CIA que se ve envuelto en una cadena de celos e intrigas debido a la pérdida de un disco con información financiera que es encontrado por Linda Litzke (Frances McDormand) una trabajadora de un gimnasio obsesionada con hacerse 6 cirugías estéticas, toda la historia desencadena en violencia y tragedia desde una perspectiva cómica y tal vez hasta crítica, aunque el final de la cinta es defraudante en especial porque pareciera que se hubiera acabado el presupuesto para la filmación.

Tal vez no entendí la cinta, tal vez esperaba algo mejor, pero a mi modo de ver Burn After Reading es un gran desperdicio de talento, de tiempo y dinero, si la quieren ver, quémenla luego de verla.

1 comentarios:

Angel Villadiego dijo...

me encantó la critica...lo malo es que me encantó la pelicula tambien (que puedo hacer...)
Claro que la segunda vez que la ví ya no me pareció tan espectacular, yo creo que me divirtió mucho la primera vez y no me fijé en la factura.
Sin embargo pienso que si me hubiese visto las otras peliculas que mencionas, tal vez estuviese mas de acuerdo con este review... lo nuevo para el espectador lo impacta mas y queda en la memoria de largo plazo.