Das Wilde Leben


Creo que en mi vida he visto tres cintas sobre la vida de modelos, una fue la graciosa pero muy mala cinta de acción Domino, sobre la modelo convertida en caza-recompensas; otra fue la muy conocida cinta para televisión GIA, famosa por las escenas de lesbianismo de Angelina Jolie más que por su historia y ahora tengo la oportunidad de ver Das Wilde Leben, que se podría traducir como La vida salvaje, que nos cuenta la historia de la sexy bomba alemana de los 60's y 70's Uschi Obermaier.

Sinceramente nunca esperé ver una cinta de la calidad que presencié, es realmente una película de alta factura, un trabajo concienzudo de casting, realización y montaje, con interpretaciones fuertes y profundas y con el morbo que produce no solo conocer la vida íntima de esta mujer sino de sus amantes, en especial de Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones. Hablando de esto es una cinta tan cercana al rock que debo recomendar su banda sonora, una exquisita colección de piezas musicales que además me hace reflexionar en el sentido que las últimas cintas alemanas que he visto, todas han estado acompañadas de buenas bandas sonoras ya sea de rock u otros géneros pero todas con un muy buen gusto.

Lo interesante de esta cinta es que nos presenta a Uschi, tal vez la mujer más influyente en la generación del 68 no precisamente por su intelecto sino por su abierta búsqueda de libertad, y nos revela un ser humano que sufre las consecuencias de este libertinaje y que aunque no se arrepiente de sus actos, la tragedia que estos suscitan sirve para aterrizar a la protagonista de lo ideal a lo real y no como en Gia donde los familiares la muestran como una víctima de su entorno y como si ella no fuera consciente de nada (me gustaría saber que pensaría Gia si hubiera podido ver ese atrevimiento).

Natalia Avelon nos ofrece más que su hermosura en este difícil papel lleno de dolor y desnudos, pero dentro de las actuaciones lo que más me sorprendió fueron los actores que interpretaron a Mick Jagger y Keith Richards de un parecido sorprendente, este último parte importante de la trama ya que fue uno de los “novios” permanentes de Uschi, quien por varios años lo siguió por el mundo junto a otras groupies, en una época en la que el músico estuvo consumido por la heroína.

Una escena para no olvidar y que nos resume la vida de Uschi en estos años es en la que nos muestra un detalle de la habitación de hotel de Richards: una mesa con cocaína, una correa y jeringa de heroína, un revolver, una guitarra y la ropa interior de ella.

Uschi es una sobreviviente de su propio destino, una mujer que maduró a los golpes y que hoy vive una vida normal como diseñadora de joyas en California, una mujer que tuvo una vida de placer y locuras, un símbolo europeo para toda una generación que sufrió y pagó caro el precio de su propia fama y que nos regala un capítulo importante en la historia del hipismo (un hipismo que como vemos aprovechaba las cámaras para acelerar sus propósitos) y en general del último movimiento contracultural de occidente.

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