Citizen Kane


Esta cinta solo la he visto 3 veces en la vida, la última el día de ayer, pero solo falta verla una vez para entender su magnitud. Para la crítica es la mejor cinta de la historia, para los historiadores el llamado segundo momento más importante de la historia del cine, para todos el gran ejemplo a seguir.

Orson Welles, un actor de teatro de 24 años sin ninguna experiencia en el cine y lanzado a la fama por una versión radial tipo noticiero de La guerra de los mundos que causó caos y paranoia, se aventura a realizar, dirigir y protagonizar una historia donde ironizaba y criticaba ferozmente al magnate de las comunicaciones del momento: el multimillonario William Randolph Hearst.

Rosebud, la última palabra pronunciada antes de morir, por el magnate Charles Foster Kane, es el eje central de una investigación periodística, que recorre la vida de este hombre con el único fin de hallar el significado de esta. ¿Qué o quién es Rosebud? ese es el misterio que todos quieren saber.
Kane, un hombre educado para el éxito, la ambición y los negocios, es un ser solitario que no sabe amar, incapaz de sentir pero que busca por todas las formas que lo acepten y lo amen. Manipulador de la opinión y la sociedad, incendiario sin escrúpulos que consume a todas las personas que se le acercan y que al final escapa de una sociedad que considera imperfecta, creando su propio reino de lujo e infelicidad.

Sin embargo, la importancia de esta cinta no radica en su argumento, que es bastante bueno, sino en el gran logro alcanzado por Welles, quien definió la forma de hacer cine desde ese momento al utilizar técnicas ya creadas de forma eficiente y prestando gran detalle a la producción así como al montaje, que para ese entonces no existía o si existía era un recurso puramente técnico más no conceptual. Iluminación del expresionismo alemán, técnicas documentales y propagandistas del cine ruso, utilización de grúas en las cámaras, efectos y movimientos de cámara, profundidad de campo, narración implícita, gran uso de efectos de sonido, escenografías completas y techadas, maquillaje y caracterización cronológica, una historia vista desde el punto de vista del narrador y contada de forma inversa. Todo esto finalmente se amalgamó en un gran montaje, donde la cadencia, los efectos, las transiciones y el sonido, transitan de manera fluida aportando carácter, emoción y sentido a la historia.

Orson Welles creó lo que se llama la espiral argumental que es la que define si una cinta es buena o no, básicamente la espiral la conforman todos los elementos técnicos y artísticos que giran alrededor de la trama, estos deben alimentar la trama de forma eficiente sin sobrepasarla o sobreponerse a esta, pero tampoco sin deficiencias, de esta forma todos los elementos por ejemplo un movimiento de cámara, deben tener un significado, producir una emoción, involucrar al espectador o reforzar el argumento.

Welles nunca pudo superar su ópera prima. Aunque en sus siguientes obras se nota madurez y un mayor conocimiento, siempre será recordado como la imagen del cine, como el gran Ciudadano Kane.

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