Quantum Of Solace


Tal vez es la primera vez que dentro de las cintas de James Bond se hace una segunda parte, pues Marc Foster se lanzó al agua y el resultado es una aburridísima y enredada historia de venganza.
Y es cierto, aunque esta historia tiene más escenas de acción que Casino Royale su argumento es tan confuso y mal contado, que termina es por despertar más bostezos que emociones. Aparte de Bond los demás personajes, en especial las mujeres que siempre tienen un papel importante pasan como puros extras, en ningún momento se profundiza en lo que es la organización Quantum y Daniel Craig parece más Terminator que James Bond, cero seductor, cero simpático, cero expresividad; sabemos que en este momento James Bond está triste por la muerte de su amada Vesper y furioso por la traición y engaño de la que fue víctima, pero realmente el tratamiento argumental de la psiquis del personaje es ya demasiado frío.

En la cinta no hay una continuidad real de la historia anterior y mientras Casino Royale se presentó como una Precuela de la saga completa, tratando de mostrar a la organización Quantum como una gran mantis de oscuridad, en esta se pierde ese misterio, todo queda materializado en Dominic Greene el villano que quiere dejar sin agua a Bolivia, interpretado por el gran actor Mathieu Amalric quien se nota fuera de contexto en un papel que no le sienta bien; él ya ha interpretado villanos como en Munich, pero su estilo es mucho más elegante e inteligente y se nota sobre actuado en los pantalones del iracundo Greene.

Quantum of Solace es solo otra cinta de Bond que gana en taquilla gracias al buen recuerdo de su predecesora.

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