August Rush



La joven directora Kristen Sheridan (hija del director irlandés Jim Sheridan) nos trae la historia de Evan Taylor, un niño prodigio de la música que no conoce a sus padres ya que fue dado en adopción desde su nacimiento, como producto de una corta y trágica historia de amor entre sus padres ( un cantante y guitarrista de rock y una chelista prodigiosa) y que decide salir del orfanato a sus 11 años y buscarlos guiado por la música y su infinito optimismo. El niño siente a todo momento cualquier sonido y su cerebro lo transforma en música, posee un don extraño que lo aísla pero lo impulsa a conseguir sus metas. Evan emprende un viaje sin un norte definido en busca de su destino y en su camino encontrará al explotador de niños Wizard Wallace (Robin Williams) que le enseña a interpretar música de una forma real y más adelante a una niña, Hope, quien le enseña las notas musicales básicas.

Lamentablemente es una cinta que lo tiene todo pero no logra nada, un melodrama fantasioso de casi dos horas, una muy buena idea echada a perder por los repetitivos clichés, coincidencias y por la poca profundización en los personajes. La idea de la música como fuerza vital es tan extraordinaria como lo es el olfato del endemoniado protagonista de El Perfume, pero el argumento es tan insulso y el final tan predecible y repentino que no deja muchas cosas al recuerdo. Casi todos los personajes están llenos de lágrimas y arrepentimientos, pero el personaje principal es tan poco carismático (no por su culpa sino del argumento), que no le llega ni a los talones a la genialidad de un Vitus (siendo Evan en teoría un prodigio comparable con Mozart o Beethoven).

En lo que si no hay discusión es en la excelencia musical de la cinta (debe ser delicioso verla en una sala de cine por la calidad del sonido), que según se puede leer en internet Marc Mancini duró más de año y medio en completar. La guitarra de Evan es interpretada magistralmente por un prodigio real: Kiki King, una guitarrista hermosa y fuera de lo normal, especialista en la técnica de Tapping. La cinta además nos muestra a dos niños con demasiado talento en la actuación y la música como los son Leon G. Thomas III (Arthur) y Jamia Simone Nash (Hope). También es interesante oir a Jonathan Rhys Meyers en una faceta de cantante y su buena interpretación de guitarra.
La fotografía es acertada y la iluminación motivante. Los tres protagonistas dan en sus actuaciones lo que les es posible, lo que un guión tan plano y personajes tan desdibujados les deja interpretar, pero el que si se pierde por completo es Robin Williams en un personaje que no le sienta y en el que se nota ambivalente.

Bueno esperemos que Kristen nos traiga mejores noticias en sus próximos proyectos y algún día alcance la genialidad de su padre, porque definitivamente esta vez no fue.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanto la música, en realidad no hay historia, la vi en una sala y tal vez no la volvería a ver pero si la volvería a escuchar, sobre todo aquellos momentos cuando Evan empieza a fusionar sonidos callejeros y crea música, me fascinan.

Yonred dijo...

Hola claudia, pues te cuento que yo bajé la banda sonora por esa misma razón, pero no es nada interesante, son las versiones grabadas en estudio si ese tono de imprivisación que se escucha en la cinta

LaVerano dijo...

tenemos gustos contrarios, o tal vez me gustan las historias con fin de cuento de hadas.