Caché


En este post voy a extenderme por diversos temas ya que esta cinta ha generado en mi una gran reflexión sobre la influencia de la crítica, el esnobismo de la misma, la comercialización y la opinión del público.
Todo comienza en los años 60 cuando aquel magnifico grupo de realizadores franceses que se unieron en un movimiento llamado la nueva ola, quiso diferenciarse de los demás mortales y en textos de Godard y otros se inventaron los términos cinéfilo y cine arte, este último solo como un embuste literario para que sus cintas no se mezclaran con otras películas del género drama, el verdadero género al que pertenecen casi todas las cintas de este movimiento y obviamente para partir cobijas con el dominante cine americano.
Desde entonces todos los mamertos de bufanda terciada y gafas redondas han querido meternos los dedos a la boca proliferando su condición de cinéfilos y por su puesto, su preferencia única y encarnizada hacia el llamado cine arte.
Mi rechazo hacia este término es visceral, realmente creo que el término correcto es Cine de Autor, una expresión que leí a mis 15 años y que hasta el día de hoy nadie ha podido tumbar, y que se refiere a los directores cuya realización es tan original o novedosa o que tienen un estilo determinado y atractivo que sobrepasa al género en el cual se enmarcan los guiones que dirigen.
Sumándose a los queridos cinéfilos están las tiendas de alquiler de películas y los distribuidores de DVD que han tenido el pepazo de crear un estante llamado cine arte, en el que básicamente ponen cintas que no son gringas, que no saben donde poner o que han ganado muchos premios. Estas tiendas además están en una maratónica carrera de rebajas que aunque favorables para el comprador, dejan mucho que desear en la calidad de lo que venden.

Pero bueno vamos al grano, una noche esperando a una persona en un centro comercial entro a una de estas tiendas solo por curiosear y me encuentro con que sus rebajas están enfocadas en el estante llamado CINE ARTE, realmente lo que había ahí eran cintas clásicas, algunas extranjeras ¿pacto con lobos cine arte? y otras premiadas. Dentro de estas últimas encontré una llamada Caché, de la cual nunca había oído hablar y que me causó curiosidad ya que la portada solo muestra una mancha de sangre. Una de las frases promocionales la describía como terrorífica (uuu me gusta) y la comparaba con la obra de Hitchcock (mi director favorito, mmm) y además exhibía un sinnúmero de premios que había ganado (3 cannes entre otros vea pues), su director es el austriaco/alemán Michael Haneke (la pianista, bien, ganador este año de la palma de oro, muy bien), sus protagonistas son de calidad (Daniel Auteuil y Juliette Binoche, aguantan) y el precio era bueno así que me decidí a comprarla.
Yo que pensé haberlo visto todo me he encontrado con la cura a todos los problemas de insomnio, un ladrillo en forma de CD imposible de ver, tuve que intentarlo 5 veces para poder completar toda la cinta uniendo las partes que veía entre cada jornada de sueño.
Y es que una cinta por lenta o somnífera no significa que sea mala, para la muestra Allegro una muy buena película pero que en cierta escena hizo que absolutamente toda la sala con excepción de mi novia se durmiera, o las cintas de Wong Kar-wai, un señor que definitivamente camina a otro ritmo, que no tiene afán, que no cree en la cadencia pero cuyas cintas son demasiado hermosas.

Realmente en lo que peca esta cinta es en el esnobismo de querer presentar un método como el eje central de la narrativa, un método en el que se mezcla tomas de video a cámara fija con la narración general, haciendo que la película aunque de perfecta factura sea un suplicio visual, el no uso de banda sonora también aporta su granito a la lentitud de la misma. Sinceramente es la película más aburrida que he visto en la vida, por encima de una francesa que vi sobre tres personas millonarias que hacen una especie de retiro para lograr un objetivo: no hacer nada. También está por encima del esnobismo moralista y católico de Kieślowski, de quien soporté no solo su trilogía de colores sino su tortuoso Decálogo (10 cortometrajes basados en los 10 mandamientos hechos para televisión).

Sin embargo esta cinta de Haneke sobrepasa cualquier resistencia ocular a que se cierren los párpados, además el que se promocione como cinta de terror es un gran fraude, a pesar de que los grandes críticos digan que su temática es una metáfora sobre el miedo a que se descubran nuestros oscuros secretos, en realidad esto es un drama familiar salpicado con gotas de misterio. El terror se define como la sensación de sentirse atrapado por algo que nos invade, que crece constantemente y que supera nuestras fuerzas. En las obras de cine y literarias para que el terror sea efectivo debe ser constante, no dejar huecos, debe hacer que el espectador lo sienta como propio, no es que tenga que asustar (ese es el horror), no es que tenga que dar asco y salpicar sangre (ese es el gore), el terror tiene que asfixiar, angustiar, como una boa constrictor que se apodera de su presa. Pero por favor en esta cinta no pasa eso, la temática está en tan enlagunada por el drama familiar y por la contextualización lenta de los personajes y aún más por la técnica de edición, que nunca logra su objetivo.

Caché, que en español se llama Escondido es otra de esas banderas que los críticos alzan para dar sus clases de análisis cinematográfico, para decir yo reinaré, pero que en realidad no creo que nadie en su sano juicio pueda disfrutar ni recomendar, ni siquiera por venganza.

1 comentarios:

isabel dijo...

5 veces?? (umm)
me divertí demasiado con tu reseña, creo que va a ser tema de referencia para raaaato