Wall-E



Es difícil comentar una cinta sobre la que hay unanimidad tanto por la crítica como por la audiencia, pero tal vez no hay que buscar suspicacias donde no las hay y simplemente decir que la película es excelente, hermosa, graciosa, emotiva y altruista.

Una tierra abandonada donde solo conviven un robot compresor de basura y una cucaracha es visitada por una sonda cibernética que busca rastros de vida. Del encuentro de Wall-E (el robot) y Eve (la sonda), surge una hermosa historia de amor y conquista, en la que Wall-E deberá atravesar el espacio para lograr su objetivo: tomar la mano de Eve, y los humanos deberán despertar de su letárgico viaje interespacial poniendo su fe en una pequeña planta que los llevará de regreso a la tierra.

La cinta estéticamente es impecable, la animación inmejorable, en especial la recreación de la tierra como una zona árida, abandonada y llena de basura, la expresividad de Wall-E e incluso de Eve son acertadas y creíbles, la música siempre romántica y fluida y el sonido impactante cuando debe serlo y relajante cuando se le necesita. El único punto inconexo es que mientras al principio de la cinta y cuando se hace referencia a grabaciones los humanos son actores reales, mientras que en la nave espacial estos son reemplazados por modelos animados muy Disney... pero bueno, olvidemos ese pequeño detalle y retomemos: otro punto importante es que la historia de fondo es muy actual, ecologista y reflexivo, acerca del papel del ser humano en la tierra, del desastre producto del descuido y deja como moraleja la unión para conseguir un objetivo mayor.

Aunque Andrew Stanton, el director de la cinta que ya había saboreado el éxito con Finding Nemo (tal vez la mejor cinta de Pixar hasta el momento), ha tenido que negar varias veces que el diseño de Wall-E sea una referencia directa a Johnny Number 5 (corto circuito), lo cierto es que la cinta si hace referencia directa al cine silente, también a anteriores películas del estudio como Monsters Inc y Toy Story, así como a Apple, ya que Wall-E tiene un iPod en el que ve videos y su sistema operativo es Mac. Pero estas son solo anécdotas que junto con la excelente trama, historia concisa pero bien contada y un gran esfuerzo estético y técnico, hacen de Wall-E no otra cinta más de vacaciones sino una pieza para recordar toda la vida.

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