Max Payne



Una nueva cinta basada en un juego de video y no cualquier juego sino el ya viejito pero siempre sorprendente Max Payne, juego que ganó varios premios y que gustó a la crítica por su manejo gráfico y su historia dolorosa y pesimista.

Un detective movido por el dolor del asesinato de su esposa e hijo, descubre a través de otra serie de crímenes a los responsables de su dolor y decide tomar justicia por su mano. La historia que es mucho más atractiva en sus detalles que en su base, nos muestra a un hombre, Max Payne (Mark Wahlberg), que no le importa su propia integridad con tal de cumplir su objetivo y que nunca se detendrá aunque tenga que pasar por encima de cualquier persona.

La cinta ha tenido muchos detractores por varias razones, entre otras porque no es totalmente fiel a la historia original, la cual la hace ver debil, tonta y totalmente predecible, además la actuación de Wahlberg no ayuda, ya que hace ese papel tan conocido en él, de vengador solitario y deprimido y muy alejado de la brillantez de sus roles en cintas como Boogie Nights o Los Infiltrados.
Otra cosa muy criticada pero que realmente es lo más interesante en la producción visual de la cinta es el uso del surrealismo dentro de la trama, que en momentos es excesivo y no deja que el espectador pueda entender a ciencia cierta si la historia es de fantasía o simplemente policiaca, sin embargo estas escenas en las que el director trata de mostrar el efecto de la droga en sus víctimas son realmente bellas y cabe decir que la producción en general es muy buena, así como el tratamiento de color y luces.

Max Payne no es aburrida, aunque su ritmo no es consistente, no nos deja satisfechos ni a los seguidores del juego ni a los cinéfilos, y su historia es poco original, pero extrañamente en conjunto no desagrada y es una buena alternativa para el domingo en la tarde.

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