Shine a Light



Un agradable homenaje a la banda más importante en la historia del rock, una película que pude ser el testigo del punto más alto y tal vez culminante de una vibrante historia musical de más de 40 años.
Y no es un homenaje cualquiera sino una cinta de buen presupuesto con una calidad técnica impresionante y realizada bajo la lente del exitoso Martin Scorsese.
En esta cinta se pueden apreciar varias cosas, como por ejemplo el hecho de que cineastas consagrados en su etapa madura les nace la espina de realizar documentales; un trabajo con menos ataduras al estudio, mucho más barato, con un público diferente y muchas veces con un resultado exitoso: Wenders, Cameron, el fallecido Pollack, entre otros, han incursionado en el campo y aunque Martie ya lo había hecho se podría decir que este es el único que ha alcanzado fama mundial, claro, es indiscutible que esta banda es ganadora en cualquier escenario, incluso en la taquilla de un cine.
El film aunque se anunció en Colombia jamás se estrenó y es una lástima porque en cine la sensación y el audio deben ser impresionantes. A mi me tocó conformarme con comprarlo en iTunes, que aunque la calidad es buena, se queda corta ante la magnitud de la obra.

Decir que esta película es un documental es casi un desacierto, es básicamente un film en el que se exhibe un concierto de los Stones a beneficio de la fundación Clinton durante la gira A Bigger Bang Tour y que fue rodada en el New York City's Beacon Theater en octubre del 2006. La cinta es salpicada muy de vez en cuando con fragmentos de entrevistas desde sus inicios y que culminan con una especie de pulso entre Keith Richards y Ronnie Wood en el que bromean mientras deciden cual de los dos es mejor guitarrista y al final concluyen que ambos son muy malos pero que juntos suenan muy bien. Afortunadamente esto es solo el 5% de la cinta, mientras el otro 95 es el excelente espectáculo en el que la banda lo da todo, y en el que Martie ratifica que es un genio de la producción.

El único desacierto de todo el montaje fue definitivamente el público, a leguas se veía que no había un solo Rollinga en la audiencia, aunque esto era inevitable ya que al ser un show benéfico y al que asistieron la familia y amigos de Bill y Hillary Clinton no se podía esperar más. Además esto se acentuó ya que fueron muy pocos los Hits populares que interpretaron y más bien se dieron un paseo por el blues, el folk y hasta el country, es decir nadie se sabía ninguna canción.

De todas formas esto no importó, eran Mick Jagger y su combo dándolo todo. La banda se completó con músicos de gran calidad, por un coro de 3 mujeres newyorkinas e invitados especiales de reconocida fama.

Los puntos más altos del show fueron sin duda All Down The Line donde Jagger casi se desbarata bailando, la hermosa interpretación de Connection por Keith Richards que sin duda era el más carismático de los 4, Satisfaccion ya que realmente fue la que más hizo bailar al público (la única que se sabían); pero lo mejor fue la interpretación que hicieron junto a Buddy Guy de Champagne & Reefer, un verdadero homenaje al blues sureño américano, donde podemos ver a los 3 guitarristas retándose mutuamente y estos a su vez retando a Jagger quien interpreta magistralmente la armónica.

Esta es una cinta para disfrutar; fotografía, montaje y sonido de gran calidad, 4 músicos consagrados que no bajan la guardia sino que dan un paso más a la excelencia y un director que está más allá del bien y del mal y nos regala un buen momento de rock y mucho poder.

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