Tideland


La retorcida pero genial mente de Terry Gilliam, nos trae otra fantástica historia, con una temática que a él lo obsesiona: escaparse de la horrible realidad por medio de la imaginación. Esta vez la protagonista es Jeliza-Rose, una pequeña y hermosa niña que es producto del peor de los ambientes: hija de dos adictos a la heroína que viven en su propio mundo de viajes y dolor, cuyo padre a quien ama con fervor la tiene entrenada para inyectarle su propia dosis de droga y sus únicas amigas son sus 4 cabezas de Barbie, las cuales poseen una personalidad propia que no reflejan sino el deseo de expresión de Jeliza-Rose, quien aunque al parecer no sufre ningún problema mental, si es evidente que no reconoce la realidad de la fantasía ni tiene un sentido diferenciador entre el bien y el mal.

Ambos, padre e hija, escapan luego de presenciar la muerte de su madre por una sobredosis de anfetaminas a la granja de su abuela, un sitio árido donde solo abundan las espigas de paja, al llegar a su nuevo y sucio hogar, Noah el padre de Jeliza, muere sentado en su silla mientras hace un nuevo viaje, la niña cree que simplemente su padre sigue vivo y que en medio de su largo viaje sufre de flatulencias que llenan el hogar de moscas.

En sus exploraciones Jeliza conoce a sus vecinos: Dickens un adulto con retraso mental y deformaciones y Dell, su hermana mayor quien dirige la granja de la familia y que en el pasado fue novia de Noah y ahora es una mujer tuerta, tirana y amargada.
Jeliza y Dickens forman un lazo de cariño y amistad muy fuerte y ambos comparten su mundo de fantasías, mientras que Dell ve a la niña como una intrusa y trata de hacerle la vida imposible.
La evolución de estas relaciones trae consecuencias fatales, pero aún más fatal es la propia vida de la niña, quien a pesar de ser alegre e inventar sus propios mundos, sufre de hambre, vive rodeada de mugre y soledad, no tiene educación alguna y vive el desasosiego de la pérdida de su padre y la incertidumbre de nunca saber la verdad de las cosas.
Jeliza y Dickens son el producto de una sociedad decadente, de abusos y ningún tipo de educación, la cinta que ganó el premio del festival de San sebastián en el 2005, ha sido duramente criticada por su crudeza, y ha sido tildada de ser una cinta de explotación, es decir de usar crudeza gratuita para llamar la atención, también se cuestionan escenas donde participa la niña y que son demasiado fuertes tanto en diálogos como en actuación, tal vez equiparándola con El Tambor de Hojalata, pero lo cierto es que la cinta solo nos muestra la terrible verdad de situaciones reales, posibles e innegables, de personas que sabemos que existen aunque nunca las miramos y que no solo Jeliza sufre en una pantalla de cine, sino que miles de niños en el mundo las padecen a diario.

Hermosa fotografía, sonido y puesta en escena, muy buen casting de actores; Excelente actuación de jeff Bridges quien hace de muero casi toda la película, de Brendan Fletcher como el amigable y noble Dickens, pero sobre todo de Jodelle Ferland, quien a pesar de ser tan joven es toda una veterana de la pantalla chica y que se luce en su papel de la hermosa Jeliza-Rose, no solo por la profundidad del personaje, cargado de escenas fuertes, sino porque además debe interpretar a cada una de sus muñecas y recitar enormes parlamentos, bien merecidos los premios que se ha ganado.

Jeliza-Rose es la inocente protagonista de un cuento de hadas inventado por ella misma, un cuento de hadas lleno de espinas pero que la hace sonreir y olvidar cualquier problema.

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